Escribiendo nuestra propia historia
Todo empieza en un momento de pensamiento, de reflexión, de casualidad… Se te pasa por la cabeza empezar a escribir tu propia historia, y así fue.
Me dedico a buscar vehículo, tras varios intentos encuentro el que creía que era “el mío”, (y así ha parecido ser), organizo mi garaje para poder acoplar cámaras de frío, camión, armarios y demás.
Con todo en mis manos predispuesto para arrancar, la noche antes mirando los mercadillos del día siguiente, me preguntaba para dónde ir, hasta que al final entre incertidumbre, nerviosismo y poco conocimiento de a donde iba, salía al otro día oscuro para allá para recibir mi suerte diaria.
Poco a poco fui encontrando mis huecos y MI GENTE, mis clientes que me buscaban y esperaban de semana en semana y yo deseando verlos, charlar, que me contaran sus historias y echar unas risas y alguna lágrima que otra. Ya la venta quedaba en un segundo lugar, pero no por eso menos importante.
Y ahora el COVID-19 y con tiempo para pensar, porque no se han podido realizar los mercadillos, una idea que llevaba tiempo en la cabeza pero sin pararme a realizarla, me dije, éste es el momento.
Y aquí está mi nueva aventura, mi nueva GENTE, dispuesto y convencido de estar a la altura de todo lo que mi cabeza planea.
Allá vamos.